Trepamos


Trepas. Por el lateral de la escalera, para que no te molesten los escaroles (escaroles: mientras escalas por el calor). Trepas cuando trepan por pisarte. Pisas “Uy! perdón no me había dado cuenta!!". Desde el infinito espacio en las entrañas de este vagón con un “come back” donde le sumas el “again” y se salta de parada. No es lunes, si no un enjambre de hormigas recibiendo a la primavera. Estás tú, en eso que no sabemos si empiezas pisando o te levantas mas en el sábado que en este “vamos que es lunes” y se palma el peloteo. Y ves que sin procesión gente, vive bien, de rodillas pero bien, con buenos puestos, pero de rodillas. Pero no, dices que no. tú no. Te aburres. Cambias, pensando lo mismo…

…Buenos días #MundoEscrito velocidad media de cambio, limpiando todo eso que ensucia nuestro camino al cambio, paramos ¡hostia! volvemos a empezar. A mi lado hablan de política y no se dan cuenta de como les están robando ese tiempo tan preciado para charlar, el que tú y yo no dejamos ser para dejarnos ir. Basta con asomarse y escuchar todo lo que vemos sin mentir en esas olas que no saben estarse quietas, como tú. Como quien trepa. Trepamos. Subimos las montañas en el desnivel 0 de este viaje, donde empezamos descalzos sin mucha más prisa y ahora perdemos colas en horas para comprar unos tacones a color. Me mancho de café y recuerdo a Nietzsche (consultando en Google cual escribo bien su nombre, porque luego se cabrea) mientras dijo escribiendo aquello de “Deberíamos considerar día perdido aquel en el que no hemos bailado ni una sola vez”. 

Así que no sé, tal vez bajaste sin darte cuenta del Olimpo para iluminarnos a todos y donde la humanidad entera ve guerra, contigo solo vemos paz.  

Mi más admirado aplauso Gabriel, descansa en paz


Se menciona muy pocas veces el derecho de alguien a mirar hacia abajo. Somos educados para contemplar, admirar, soñar y siempre que podamos comprar. Vinculamos personas a deseos, héroes a proezas (cada vez menos, ya que de por sí la ida viene resucitada por ellos). Hoy hablando a alguien admirable en su vuelta a casa le decía algo así como que todo pasa en un garaje, siempre que tu quieras que pase. Lo mejor de una persona inteligente es que posee un alto cociente de humor, no se puede ser feliz sin humor, es como las heridas sin narrativa, queda cicatriz pero no deja lección.

Sin haber tenido la suerte de compartir café con él, Gabriel García Marquez me enseñó hace mucho tiempo  que;

“Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, 
cuando ha de ayudarle a levantarse”

Es algo brillante, como tú, con tu codo sobre la mesa. De forma solemne el más fiero de los animales puede hacer la mudanza en cualquier momento, sin necesidad de ser derrotado, solo debe proponérselo. En esas líneas Gabriel bien nos invita a incluir una dosis de humildad a nuestra retina cerebral, pero sin más que menos y entonando el adiós que nunca ejerce alguien de tal grandeza empuja a que pensemos, nos hagamos preguntas. Una especialmente me resulta divertida, la respuesta puede ser desechada por su propia víctima y es que “¿puede necesitar ayuda alguien que esté por encima de todos?” 

Alguien capaz de construir frases sin pan ni tomate debe y será recordado más allá de su despedida. Un nombre y persona de quien solo los historiadores sabrán que un día se fue pues su lectura no nos separará de su lado. Como cuando me escribes un mensaje, o recibes mi carta. 

Un héroe el recordado Gabito, alguien me habló de él citando “la memoria del corazón elimina los malos recuerdos…” no recuerdo como seguía, discúlpame Fausto, ya sabes que para las fechas y los nombres soy un desastre, discúlpame por llamarte Fausto, ya sabes que para los nombres soy aún peor que para las fechas y los nombres. 

En honor a un maestro como Gabriel García Marquez solo puedo decir que tuvo la capacidad, la admirable capacidad de escribir llaves a tiempos de Felicidad. 

Mi más admirado aplauso Gabriel, descansa en paz. 

La #Felicidad es @vilarsrurals en #SantHilari




Verde. Entre montañas, prados y felicidad. Con una ruta reservada, los espacios de "luego bajo" la llanura barro y césped. Hay veces que el mejor plan de acción es retirarla, a la acción, al maltrecho de estrés, agobio con imperativas dosis de ponencia laboral, receta de estrechas extremidades cansadas de caminar, correr, maquillar y vender.

Y es entonces cuando debes decir basta, tú y yo (de vez en cuando lo hacemos) pero más y mejor que formar parte del rebaño estresado entre proyectos, trabajo y familia hay una fórmula para relajar cada parte del momento, en desayuno, comida, merienda y cena. 


Sentados los dos en el regazo de la calma ante la más bella de las casualidades, la de encontrarnos en medio de ese paraíso con conejos pero sin relojes, con gatos pero sin Cheshire, con baldosas que no tienen porque ser amarillas, sólo si tu no quieres ya que a media tarde cuando el sol está en momento de dura jornada laboral, verás amarillos, azules turquesas y naranjas, porque esto es Sant Hilari. Esto es belleza.

Y yo que no soy de mar, tampoco de montaña, pero que deseo tanta mar como Robles y rosas me pierdo, con la tranquilidad "oh bueno... Ellos ya se preocupan por mi" y paseo, sin ser de mar ni de montaña pero paseo, eso es felicidad, eso es Sant Hilari. Una obra de ingeniería tan perfecta y humana que te hace percibir arte bajo tierra, arte de ese que personas anónimas al Mundo traspasan lienzos para llegar a tu corazón. Lo ves de la mano, con tus amores o tu iPad, tal vez con los dos, percibes el arte de tranquilidad, te fundes en esa armonía que sólo magos y hechiceras capaces de silenciar al mismo silencio pueden escribir. 


Subes. Subes en el espacio sensato de nostálgica tranquilidad ¡te has encontrado! El silencio entre escalones, ha dado con el interruptor. Como sí de un alquimista se tratara te haces con la fórmula de la felicidad, que no es breve, es Sant Hilari. 

Escalando en las maneras del más sensato y seductor cúmulo de finales se acerca la media tarde, entre cristales, manteles, actividades y un algo preciado, precioso y humano, las personas. Te rodean en un diseño casi perfecto, con tejanos, cortos o largos, con encajes de seda y piel, con sonrisas las de niños y mayores, la de mayores que se sienten niños, con sus niños que juegan a ser mayores. Juegan y lo hacen porque está pensado para ello, para ellos, para que mamis y papis disfruten de eso que, tal vez, entre semana no pueden, sí tiempo, sin sitio y sin indicio, el de las maneras, sus corduras, la más bella de las publicidades, sin un ápice de virilidad pues no la necesita, Sant Hilari no necesita de esas estrategias ya que ha sido construida por y para personas. Los números en ranking ya son otra cosa. 



Al ver acabar la tarde se prepara una fiesta entre montañas, en el Valle donde nos ha invitado el tiempo a pasar los días felices desde la profunda perspectiva a delinquir felices momentos. En la mirada de un pequeño se lee felicidad, emociones distintas pero sobretodo diversión, la que merecen por ser quienes son y hacernos quienes somos. ¡Fiesta! Cena y ¡fiesta! Cerrando cena con primeros, segundos y "postreros" Sant Hilari da paso a una noche donde los pequeños saben de protagonismo, discoteca con animación para que bailen, se agoten ¡y se duerman!

Cerrando noche en ese lugar tan bello y distinto que es Sant Hilari, porque todos entendemos de ruidos, coches, trabajo y prisas. Todos menos ellos, hay "Equipos de los Sueños" pero algo más extraordinario aún, un equipo capaz de hacer que tus días sean de ensueño.

¿sabes amiga? Creo hay algo por encima de todo, y es el ser muy feliz por muy poco...

...ese sitio es Sant Hilari

http://www.vilarsrurals.com/vrhilari/